A la Isla de Pascua y las presencias
salgo, saciado de puertas y calles,
a buscar algo que allí no perdí.
El mes de Enero, seco,
se parece a una espiga:
cuelga de Chile su luz amarilla
hasta que el mar lo borra
y salgo otra vez, a regresar.
Estatuas que la noche construyó
y desgranó en un círculo cerrado
para que no las viera sino el mar.
(Viajé a recuperarlas, a erigirlas
en mi domicilio desaparecido.)
Y aquí rodeado de presencias grises,
de blancura espacial, de movimiento
azul, agua marina, nubes, piedra,
recomienzo las vidas de mi vida.
quinta-feira, 3 de junho de 2010
Assinar:
Postar comentários (Atom)
Nenhum comentário:
Postar um comentário